La voluntad sostiene a los bomberos universitarios
ANYIMAR COVA LUGO | 28/10/13 (12:00 AM)
Fueron los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela quienes, sin experiencia, se incorporaron como voluntarios para sofocar las llamas que consumían el cerro Ávila entre 1958 y 1959. Esta acción dio inicio al Cuerpo de Bomberos Voluntarios Universitarios UCV que arrancó formalmente funciones en 1960 como la primera institución de su naturaleza en el país.
"Disciplina, estudio y abnegación" es el lema de una organización que forma a estudiantes y egresados de instituciones de educación superior como bomberos capacitados en medicina prehospitalaria, incendios, materiales peligrosos y rescates; precisa el teniente David Cántara, primer comandante de Bomberos UCV.
La iniciativa de la UCV permitió la creación de instituciones bomberiles en las universidades Simón Bolívar, Los Andes, Carabobo y de Oriente, y hoy en Venezuela existen 27 cuerpos de bomberos universitarios. De hecho, de los 18 mil efectivos en funciones que hay en el país, 4.500 son voluntarios y de estos 1.500 se han formado en casas de educación superior.
"El voluntariado pasa por un momento interesante porque la satisfacción no viene de la remuneración económica sino de que el trabajo que hagamos esté bien hecho", dice Cántara.
Apenas en octubre pasado, Elizabeth De Faría, estudiante de Idiomas Modernos, se convirtió en una de los 128 bomberos que forman el cuerpo de la UCV. "Quise entrar en Bomberos de Distrito Capital pero me dijeron que no tenía la altura necesaria. Después de comenzar a estudiar en la UCV un día vi que buscaban voluntarios, me acerqué y me aceptaron para hacer el curso", relata.
La capacitación básica es de un año (cuatro módulos), con evaluaciones prácticas y teóricas, que deben cumplirse sin descuidar el área académica porque la naturaleza del cuerpo son sus estudiantes. "Lo más difícil es la batalla psicológica y la física. Es como sacar dos carreras con alta exigencia". En la UCV los bomberos se dividen en cinco grupos de guardia, de 24 horas cada una.
La institución en promedio atiende seis mil servicios al año, la mayoría relacionados con atención prehospitalaria y apoyo logístico en grandes concentraciones de personas; dentro de la universidad pero también en sus adyacencias.
Cinco ambulancias, dos camiones para apagar fuego, dos motos y tres unidades logísticas tienen como parte de su equipo. Sin embargo, 50% de ellos están inoperativos porque demandan reparaciones que sobrepasan el presupuesto de la organización. Por su naturaleza de voluntarios universitarios cuentan con una partida aprobada dentro del presupuesto de la universidad (Bs. 114 mil) que sirve a alimentación y gastos logísticos mientras que por autogestión -dictando talleres o por intercambio- obtienen recursos adicionales.
"La energía de los jóvenes y el compromiso de los que ya están aquí ha hecho que la institución permanezca. Esta es una misión de vida y, pese a la dificultades, continuamos", dice Cantara sobre el oficio que realizan permanentes, universitarios y voluntarios por igual.
Quieren seguir formando
En el Instituto Universitario de Tecnología Bomberil (Caracas y Maracay) se forman en Ciencias del Fuego y Medicina Prehospitalaria los bomberos que laboran en los cuerpos oficiales mientras que las universidades cada año capacitan personal para atender a sus instituciones pero también para prestar apoyo a los cuarteles externos.
Ahora será la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad la que brinde formación -reclutan una primera cohorte de 500 estudiantes- , y lo que esperan los bomberos universitarios es que la UNES homologue sus programas de estudio para que no pierdan la facultad de capacitar a voluntarios en las casas de estudio.
También está pendiente la publicación de la Ley Orgánica para el Servicio de Bomberos y Bomberas, cuyas propuestas son revisadas por una Comisión Técnica de la Asamblea Nacional y a finales de año se espera sea aprobada en segunda discusión.
"Disciplina, estudio y abnegación" es el lema de una organización que forma a estudiantes y egresados de instituciones de educación superior como bomberos capacitados en medicina prehospitalaria, incendios, materiales peligrosos y rescates; precisa el teniente David Cántara, primer comandante de Bomberos UCV.
La iniciativa de la UCV permitió la creación de instituciones bomberiles en las universidades Simón Bolívar, Los Andes, Carabobo y de Oriente, y hoy en Venezuela existen 27 cuerpos de bomberos universitarios. De hecho, de los 18 mil efectivos en funciones que hay en el país, 4.500 son voluntarios y de estos 1.500 se han formado en casas de educación superior.
"El voluntariado pasa por un momento interesante porque la satisfacción no viene de la remuneración económica sino de que el trabajo que hagamos esté bien hecho", dice Cántara.
Apenas en octubre pasado, Elizabeth De Faría, estudiante de Idiomas Modernos, se convirtió en una de los 128 bomberos que forman el cuerpo de la UCV. "Quise entrar en Bomberos de Distrito Capital pero me dijeron que no tenía la altura necesaria. Después de comenzar a estudiar en la UCV un día vi que buscaban voluntarios, me acerqué y me aceptaron para hacer el curso", relata.
La capacitación básica es de un año (cuatro módulos), con evaluaciones prácticas y teóricas, que deben cumplirse sin descuidar el área académica porque la naturaleza del cuerpo son sus estudiantes. "Lo más difícil es la batalla psicológica y la física. Es como sacar dos carreras con alta exigencia". En la UCV los bomberos se dividen en cinco grupos de guardia, de 24 horas cada una.
La institución en promedio atiende seis mil servicios al año, la mayoría relacionados con atención prehospitalaria y apoyo logístico en grandes concentraciones de personas; dentro de la universidad pero también en sus adyacencias.
Cinco ambulancias, dos camiones para apagar fuego, dos motos y tres unidades logísticas tienen como parte de su equipo. Sin embargo, 50% de ellos están inoperativos porque demandan reparaciones que sobrepasan el presupuesto de la organización. Por su naturaleza de voluntarios universitarios cuentan con una partida aprobada dentro del presupuesto de la universidad (Bs. 114 mil) que sirve a alimentación y gastos logísticos mientras que por autogestión -dictando talleres o por intercambio- obtienen recursos adicionales.
"La energía de los jóvenes y el compromiso de los que ya están aquí ha hecho que la institución permanezca. Esta es una misión de vida y, pese a la dificultades, continuamos", dice Cantara sobre el oficio que realizan permanentes, universitarios y voluntarios por igual.
Quieren seguir formando
En el Instituto Universitario de Tecnología Bomberil (Caracas y Maracay) se forman en Ciencias del Fuego y Medicina Prehospitalaria los bomberos que laboran en los cuerpos oficiales mientras que las universidades cada año capacitan personal para atender a sus instituciones pero también para prestar apoyo a los cuarteles externos.
Ahora será la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad la que brinde formación -reclutan una primera cohorte de 500 estudiantes- , y lo que esperan los bomberos universitarios es que la UNES homologue sus programas de estudio para que no pierdan la facultad de capacitar a voluntarios en las casas de estudio.
También está pendiente la publicación de la Ley Orgánica para el Servicio de Bomberos y Bomberas, cuyas propuestas son revisadas por una Comisión Técnica de la Asamblea Nacional y a finales de año se espera sea aprobada en segunda discusión.
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